En
la antigüedad los griegos llamaban magia a las cosas que podíamos hacer sin
encontrarle alguna explicación y/o al menos ser conscientes que realizáramos
alguna actividad como el simple hecho de hablar, y se decía que estábamos
acostumbrados a que la forma de conocer y entender ciertos acontecimientos o
fenómenos era por medio de actos científicos de los cuales se tenían que
desglosar todo el objeto que estaba siendo observado hasta que llegara a un
punto donde la partícula fuera tan pequeña que no se pudiera estudiar más, esto
recibe el nombre de reduccionismo; sin embargo, esta era una de las formas, ya
que existe la sistémica, que la conocemos como el arte de ver, averiguar y
reconocer que existen conexiones entre todas las entidades observadas, en la sistémica
su proceso para entender las cosas es muy distinto en cuento a la ciencia ya
que como mencione en la ciencia se desglosa hasta la mínima expresión en la
sistémica se trata de identificar, unir, tanto el objeto observado como su
entorno. Estas dos formas de conocer son complementarias, puesto que cada una
hace estudios diferentes o la finalidad que toma cada una es distinta a la
otra, lo que llevaría a lograr obtener un conocimiento “completo”.
La
sistémica se compone de cuatro elementos: la cibernética, en donde su aspecto
fundamental es la casualidad; el constructivismo, que se basa en cómo se
afronta la realidad; la hermenéutica, que va enlazado con el lenguaje de la
interpretación y el pensamiento complejo, donde se propone ver las cosas desde
una perspectiva sistémica.
La
cibernética significa navegación, timonel del barco. La cibernética trata del
estudio de los propósitos, con esa visión no se necesita saber que camino voy o
debo recorrer para alcanzar mi propósito, sino tomar las medidas que sean
necesarias para cumplir esa meta; una característica que cabe resaltar en la cibernética
es que se piensa circularmente; a medida que vamos recorriendo nuestro camino
para lograr la meta van surgiendo acontecimientos de los cuales pueden generar
un efecto que nos lleve a detener el recorrido o que alimenta la causa inicial.
Desde la perspectiva de un ingeniero industrial, es él, el que debe tomar el timón,
ser el navegante y actuar como un líder frente a toda una tribulación para
llevarlos consigo a la meta; claro está si el ingeniero industrial es el líder es
porque los tripulantes confían en él, en su experiencia y en que él, va a saber
tomar las decisiones correctas para alcanzar la meta.
El
constructivismo presenta un principio básico, “la experiencia es la causa y el
mundo es la consecuencia”, por medio de la experiencia podemos construir un
mundo exterior y unos sentidos que colaboran en ello. El constructivismo razona
desde el lado epistemológico que es la percepción y elabora la realidad “su
entorno” en base a sus experiencias. El constructivismo también aporta que debemos
ver los objetos como símbolos del comportamiento; es decir, como en el libro “Pensar
sistémico”, al mostrarle una pelota a un niño, él va a optar por un
comportamiento que en este caso sería jugar con ella. En cuanto a un ingeniero
industrial debe relacionarse con la maquinaria de la empresa para así adaptarse,
saber las condiciones en que los de planta trabajan, a qué ritmo, tomar el rol
de un ‘entrenador’ puesto que él va a ser como un líder, el cual va a ser punto
de referencia. El ingeniero debe proyectarse, no como que se hará en un futuro
sino como un crecimiento permanente (en el presente) tanto para él como para
toda su empresa. Es algo muy común que nosotros como ingenieros industriales
queramos acceder o ser parte de la gerencia y esto genere efectos en nuestro
comportamiento o en nuestras ideologías; sin embargo podemos lograr esto y
mucho más pero siempre debemos tener los pies en el piso.
La
hermenéutica comprende hablar del lenguaje, este es el medio con el cual
conocemos y podemos transmitir información, conocimientos. Un principio clave
en la hermenéutica es, el que determina el significado de las expresiones es quien
escucha y no quien habla. Nosotros como
ingenieros industriales adquirimos conocimientos y destrezas a lo largo de la
carrera, de las cuales debemos transmitir a las demás personas, al transmitir
los conocimientos generamos un ambiente práctico y muy fructífero. Finalmente, el
último elemento es el pensamiento complejo, donde su esencia son las conexiones
entre los conceptos, las ideas y las visiones. El pensamiento complejo se basa
en los tres elementos ya mencionados (cibernética, constructivismo y hermenéutica).
El ingeniero industrial debe aprender a llevar un pensamiento tanto horizontal
como vertical, ya que debe interrelacionarse durante la cadena de producción.